La carrera por una vacuna contra el coronavirus para ayudar a terminar la pandemia ha consumido a la comunidad científica y ha creado una demanda creciente de un recurso esencial: los monos.
Antes de que las compañías farmacéuticas llamen a voluntarios humanos, los monos se utilizan en ensayos preclínicos para probar la seguridad y la eficacia de la vacuna. Pero con más de 100 vacunas en desarrollo en todo el mundo, no hay suficientes monos para todos.
“Hay una escasez”, dijo el Dr. Skip Bohm, director asociado y jefe de medicina veterinaria del Centro Nacional de Investigación de Primates de Tulane.
Como otros aspectos de la sociedad, la pandemia ha puesto de relieve un problema ya existente. Los centros de investigación de primates no humanos se han visto sometidos a una gran presión en los últimos años debido a las restricciones impuestas a los monos importados de países como China e India, y a la falta de fondos para apoyar la cría doméstica.
Aunque los expertos dicen que es poco lo que se puede hacer para arreglar la escasez de monos y espacio en laboratorios para la investigación de COVID-19, todavía hay tiempo para prepararse para la próxima pandemia. Los centros de primates y otras instituciones requieren más fondos para expandir las colonias de cría y construir laboratorios, dicen.
Bohm dijo que algunos centros de investigación han discutido la posibilidad de una reserva animal disponible cuando “surja alguna emergencia imprevista”.
“Una cosa es segura, esta no es la última pandemia que vamos a ver”, dijo. “Es inevitable”.