En las profundidades de la pandemia de COVID-19 a principios de la primavera, con los ingresos cayendo en un 70%, el director general de la compañía de software de Dallas, Rishi Khanna, decidió recortar los salarios de sus 12 empleados en lugar de despedir a algunos de ellos.

Los recortes, dice, habrían dañado la moral de los empleados de la empresa, ISHIR. Además, añade, “no queríamos perder a ninguno de nuestros empleados clave”.

Y con los despidos haciendo estragos en la economía, los empleados fueron receptivos a los recortes salariales, aunque todavía trabajan 40 horas o más a la semana.

“Conocía a mucha gente que estaba siendo despedida”, dice Bill Luisi, director senior de ventas de ISHIR, que sufrió un recorte salarial del 20%. “Me sentí agradecido de tener una oportunidad”.

Los despidos y permisos de más de 25 millones de trabajadores estadounidenses han alimentado la angustia de la nación por la recesión del coronavirus. Pero ese no es el único revés económico para los trabajadores: Muchas empresas están recortando las horas o los salarios de los empleados para reducir los costos – ya sea en lugar de, o además de, los recortes de trabajo. Para los trabajadores, un cheque de pago más pequeño puede ser una alternativa bienvenida contra la pérdida de un trabajo, pero los economistas dicen que aun así podría perjudicar el gasto de los consumidores y la economía, y representar un legado aún más duradero de la recesión que los mismos despidos.