Terry Branstad dejará su puesto de embajador de los Estados Unidos en China después de más de tres años en Pekín.
El anuncio se produce en medio de las crecientes tensiones entre EE.UU. y China en varios frentes. El gobierno chino anunció el viernes que impondría restricciones no especificadas a los diplomáticos estadounidenses de alto rango y al personal dentro de China después de que Washington pusiera en marcha una medida similar dirigida al cuerpo diplomático de Pekín el 3 de septiembre.
En un post de Twitter el lunes temprano, el Secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo agradeció a Branstad por su servicio al pueblo estadounidense como embajador de EE.UU.
“El Presidente Donald Trump eligió al Embajador Branstad porque su experiencia de décadas tratando con China lo convirtió en la mejor persona para representar a la Administración y defender los intereses e ideales americanos en esta importante relación”, dijo Pompeo.
Pompeo no dio ninguna razón para la partida de Branstad, ni ningún anuncio sobre un posible sucesor del importante puesto diplomático.
Branstad fue uno de los primeros embajadores elegidos por el entonces presidente electo Trump en diciembre de 2016, poco después de que Trump ganara las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Trump dijo en ese momento que el entonces gobernador de Iowa fue elegido por su experiencia en política pública, comercio y agricultura, así como por su “larga relación con el presidente chino Xi Jinping”, a quien Branstad conocía desde 1985 gracias a los intercambios entre los gobiernos de los Estados Unidos y China.
Durante ese período, se creía que ambos habían mantenido una especie de amistad, y Xi se reunió de nuevo con Branstad durante una visita a los EE.UU. en 2012.
