Con la muerte de la Jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, Donald Trump tiene la oportunidad de moldear la vida americana en las próximas décadas.

El Presidente de los Estados Unidos ahora planea hacer una tercera elección para la banca de nueve personas en el más alto tribunal de los Estados Unidos. Es casi seguro que consagrará una mayoría conservadora de 6-3 en la Corte Suprema, lo que significa que el cambio político lanzado por cualquier futuro presidente demócrata y el Congreso podría ser deshecho por las interpretaciones constitucionales de la Corte – no importa lo que la mayoría de la nación quiera.

Nombrados para toda la vida, los jueces pueden cambiar a lo largo de los años, a veces de una manera que sorprende y molesta a los presidentes que los nombraron. También se supone que deben respetar los precedentes, por lo que es imposible decir cómo se comportará el Tribunal Supremo en todos los asuntos. Pero ahora hay una perspectiva muy real de que el derecho de la mujer al aborto, garantizado por el caso Roe vs. Wade de 1973, podría ser anulado o limitado. Un Tribunal Supremo dominado por los conservadores también podría hacer retroceder los futuros intentos de regular las leyes sobre armas, obstaculizar los intentos de regular a los contaminadores en la lucha contra el cambio climático y envalentonar los desafíos a la legislación sobre el derecho al voto y la prohibición de la discriminación racial. Y el temor crece entre los partidarios del matrimonio entre personas del mismo sexo.

La ley Obamacare, que permitió que millones de personas compraran seguro de salud, ya parece estar en problemas. El tribunal escuchará el intento de la administración Trump de acabar con ella después de las elecciones. Incluso si la elección de Trump no está todavía en vigor y el presidente del Tribunal Supremo John Roberts vota para salvar la ley por tercera vez, un posible empate de 4-4 entre los jueces significaría un fallo de un tribunal inferior que la invalidaría.

Las tendencias demográficas en los Estados Unidos no parecen atractivas para los republicanos; existe un fuerte argumento de que el país se volverá más secular, urbano, socialmente liberal y racialmente diverso en las próximas décadas. Pero una Corte Suprema conservadora podría ser un baluarte contra el cambio político – una razón por la que los conservadores han pasado varias generaciones trabajando para construir esta mayoría y por la que los Demócratas maldecirán por mucho tiempo su fracaso en vencer a Trump en las elecciones de 2016 que abrieron el camino a este momento extraordinariamente importante.