“Sólo recuerda, lo que estás viendo y lo que estás leyendo no es lo que está sucediendo”, dijo Donald Trump a sus seguidores en 2018. El lunes, cuando se avecinaba el terrible hito de 200,000 muertes de Covid-19, el Presidente de los Estados Unidos puso su lema en acción.

“Hemos hecho un trabajo fenomenal. No sólo un buen trabajo, un trabajo fenomenal”, dijo Trump en Fox News, refiriéndose a su liderazgo en la pandemia. “En el trabajo en sí, sacamos una A+”, dijo el Presidente.

Toda la mitología de Trump descansa en una burbuja de autoengaño. Los EE.UU. tienen alrededor del 4% de la población mundial – pero más del 20% de sus muertes por coronavirus. Y mientras que pocos gobiernos han luchado perfectamente contra esta perniciosa enfermedad, cualquier evaluación justa pondría el desempeño de Trump más cerca de una D que de una A.

Aquí están algunos de los errores de Trump:

Sabía lo malo que era el virus en febrero, pero ocultó la verdad.

No se apoya en las autoridades sanitarias de EE.UU. y pone la política antes que la ciencia.

Falló en poner en marcha un sistema nacional de pruebas y rastreo, argumentando que las pruebas no importan mucho.

Presionó a los estados para que reabrieran antes de que el virus estuviera bajo control, ayudando a desencadenar un verano de enfermedad en el Cinturón del Sol.

Socava el consejo de su propio gobierno sobre el uso de máscaras.

Está organizando activamente reuniones masivas con sus mitines de campaña en los EE.UU..

Y está politizando la vacuna. En busca de una “sorpresa de octubre” para impulsar su campaña antes de las elecciones, Trump ha afirmado que todos los estadounidenses pueden recibir una vacuna – a pesar de que ninguna dosis ha sido aún probada como segura o efectiva.