Los votantes suizos decidirán el domingo si rompen un pacto con la Unión Europea sobre la libre circulación de las personas, tras una campaña de referéndum que puso de manifiesto las divisiones de la sociedad en relación con los extranjeros, que constituyen una cuarta parte de la población.
El derechista Partido Popular Suizo (SVP) -el más grande del parlamento- encabeza la acusación de retomar el control de la inmigración, haciéndo eco de algunos de los argumentos que los políticos pro-Brexit utilizaron en el período previo a la salida de Gran Bretaña de la UE.
Las encuestas de opinión sugieren que no tendrá tanto éxito. Una encuesta de gfs.bern encontró que el 63% de los encuestados se oponían a la propuesta de la SVP y el 35% la apoyaban, lo que sugiere que los votantes quieren estabilidad en un momento de incertidumbre económica en medio de la pandemia del coronavirus.
No obstante, la UDC ha apelado a aquellos que ven su cultura en peligro por la inmigración, que a mediados de siglo podría aumentar la población a 10 millones desde los 8,6 millones actuales.
El partido dice que los empleos están en peligro a medida que los jóvenes extranjeros suplantan a los suizos de más edad, las viviendas son cada vez más escasas y caras, las escuelas y el transporte se saturan y la construcción se traga el paisaje.
“Los migrantes cambian nuestra cultura. Las plazas públicas, los trenes y las calles se vuelven más inseguras. Además, prácticamente la mitad de los beneficiarios de la asistencia social son extranjeros”, dice su sitio web de la campaña.