El gobierno británico está explorando la posibilidad de realizar ensayos clínicos en los que los voluntarios se expongan deliberadamente al coronavirus para comprobar la eficacia de las vacunas candidatas, según reveló el Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial del Reino Unido (BEIS).

“Estamos trabajando con socios para entender cómo podríamos colaborar en el desarrollo potencial de una vacuna COVID-19 a través de estudios de desafío humano”, dijo un portavoz del gobierno.

“Estas discusiones son parte de nuestro trabajo para investigar formas de tratar, limitar y, con suerte, prevenir el virus para que podamos terminar la pandemia antes”, añadió el portavoz.

En los llamados “ensayos de desafío”, los investigadores dan a los sujetos del estudio una vacuna experimental y luego los exponen intencionalmente al coronavirus para ver si la vacuna funciona. Estos ensayos se utilizaron en las primeras investigaciones sobre la viruela, la fiebre amarilla y el paludismo.

Sin embargo, el hecho de infectar deliberadamente a los participantes en el estudio plantea más riesgos y plantea preocupaciones éticas, en comparación con los ensayos controlados aleatorios, en los que los sujetos del estudio reciben una vacuna o un placebo y los investigadores hacen un seguimiento para ver si se enferman en su vida cotidiana.