Si Joe Biden gana las próximas elecciones presidenciales de EE.UU., su primer y abrumador reto en política exterior será recuperar la confianza de los aliados de Estados Unidos. Con el planeta en su período más caótico desde la Segunda Guerra Mundial, un liderazgo firme de Biden podría potencialmente restablecer el orden mundial – pero sólo con la ayuda de los aliados.
Los aliados europeos, en particular, esperarán que, si llega a ser presidente, Biden rápidamente haga un caso convincente de que los cuatro años del presidente Donald Trump en el cargo fueron una aberración antidemocrática que no puede repetirse.
Biden se comprometió a esto durante un discurso en Nueva York en julio del año pasado prometiendo “invitar a mis compañeros líderes democráticos a poner el fortalecimiento de la democracia de nuevo en la agenda global”. Pero se necesitará más que palabras para superar la incertidumbre.
Los constructores de confianza rápida podrían incluir el volver a comprometer a los EE. UU. con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015, del cual Trump comenzó a retirarse formalmente en 2019. Biden lo prometió durante su discurso en Nueva York diciendo: “Me volveré a unir al Acuerdo de París sobre el Clima y convocaré una cumbre de los mayores emisores de carbono del mundo, reuniendo a las naciones para elevar sus ambiciones e impulsar nuestro progreso”.
También fue música para los oídos de sus aliados los comentarios de Biden en un discurso en Delaware en junio de este año, diciendo que revertirá la decisión de Trump de recortar la financiación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el único organismo internacional de salud creíble. “Es esencial coordinar la respuesta mundial durante una pandemia, y Estados Unidos debe liderar esa respuesta como lo hizo en el pasado”, dijo Biden.
Al comprometerse con una agenda multilateral, Biden ayudaría a responder a los temores de que Estados Unidos ha dado la espalda a los valores que sustentan a los países democráticos, ya que el creciente nacionalismo mundial alimenta las autocracias populistas. Europa, en particular, quiere que se diga más en defensa de las democracias. Hablando ante el Parlamento Europeo en abril de 2018, el presidente francés Emmanuel Macron, quien ha tratado personalmente de cortejar e influenciar a Trump, dijo: “Quiero tomar la firme decisión de defender la democracia”.