El pozole es un plato típico mexicano y remonta a la época prehispánica. En esa época no era un plato para todos, ya que, según Fray Bernardino de Sahagún, sólo lo comía Moctezuma. Este plato se preparaba con el muslo de un prisionero sacrificado.

En la Historia Verdadera de la Nueva España, Bernal Días del Castillo, contaba que Moctezuma se alimentaba de carne humana.

Otra historia, relatada en el libro Sabor que Somos, cuenta que, en el año 1530, luego de derrocar a los indígenas, el conquistador de la Nueva Galicia, Nuño Beltrán de Guzmán, fue recibido con danzas y pozole mexicano en Tonalá, Jalisco por Itzoapilli Tzapontzintli. Beltrán de Guzmán contaba que al ver la olla en la que preparaban el pozole descubrió restos humanos.

La preparación de este plato era todo un ritual: primero estaba el sacrificio humano, donde el muslo derecho era la parte “más rica de consumir”, así que era la que comía el Tlatoani. El muslo izquierdo y brazos se ofrecían a los que realizaban el sacrificio.

Con la llegada de los conquistadores españoles, la carne humana se reemplazó por carne de animal y así esta carne pasó a ser parte del pozole.

Actualmente existe variedad en este plato, dependiendo de la región donde se prepare.