No siempre es malo dar una segunda oportunidad en el amor; se puede aprender de una mala experiencia y curar las heridas abiertas y que ocasionaron que entrara una tercera persona en la relación.

Cuando una de las partes de la pareja tiene una aventura, puede hacer que le presten más atención a los detalles que se perdieron y que ocasionaron que se buscara a alguien más.

Sin embargo, cuando la infidelidad se vuelve repetitiva, esa segunda oportunidad se convertiría en tercera, en ese caso es mejor terminar la relación, porque acabaría con la confianza y la convivencia se convertirá en un infierno.

Tampoco está mal darse una nueva oportunidad en el amor, después de una mala experiencia, y, aunque pensemos que ya no queremos tener una relación de pareja con nadie, nos podemos dar la oportunidad de seguir intentándolo.

Esta oportunidad no tiene que ser con la misma persona, es más, lo mejor es conocer a otras. Y, en ese caso, tendremos más experiencia, nos conocemos más y no toleraremos cosas que nos hicieron daño en el pasado, es decir, estaremos en una nueva relación amorosa con mayor madurez.

Darse segundas oportunidades no es malo, lo único que nunca se puede permitir son los abusos o actos que nos causen dolor.