A Jennifer Lorincz le encantaba su trabajo como gerente de ventas de una compañía de telas, a pesar de que significaba viajar a través de seis estados desde Nueva York hasta Indiana. Pero en agosto, se unió a lo que se ha convertido en la parte de más rápido crecimiento del mercado laboral – trabajadores que han perdido su trabajo permanentemente.

Ahora hay 4.5 millones de personas que buscan trabajo. Eso incluye a 742,000 que han tenido trabajos temporales que han llegado a su fin, y 3.8 millones que han perdido sus trabajos permanentes. El número de pérdidas de empleos permanentes se ha más que duplicado en los últimos seis meses, el aumento más rápido registrado.

Ya habían sido cinco meses difíciles para Lorincz antes de que perdiera el trabajo que tuvo durante tres años. Su empleador le redujo el sueldo en marzo como base de negocios para detener la pandemia. Luego, en mayo, la devolvieron con el sueldo completo después de que la empresa obtuviera dinero federal para ayudar a mantener a sus trabajadores en nómina.

Pero ese dinero se agotó después de ocho semanas, y fue despedida de nuevo. Su empleador le dijo que planeaban traerla de vuelta a principios de septiembre, pero dos semanas antes, se enteró de que su trabajo había desaparecido para siempre.

El número de desempleados que han perdido un trabajo permanente, o que han tenido un trabajo temporal que ha llegado a su fin, se ha disparado en los últimos siete meses, de 1.9 millones en febrero, a 4.5 millones en septiembre.

Esto significa que el aumento porcentual en un período de seis meses ha sido el más rápido registrado en más de 50 años. La duplicación de esas pérdidas de puestos de trabajo permanentes en tan poco tiempo nunca antes había ocurrido, ni siquiera durante la Gran Recesión.