Sebastian Fagarazzi está acostumbrado a mover sus pertenencias. Como veneciano que vive en la planta baja, cada vez que la ciudad se enfrenta a la “acqua alta”, las inundaciones regulares causadas por las mareas altas, debe levantar todo del suelo, incluyendo muebles y electrodomésticos, o arriesgarse a perderlo.

Pero el 3 de octubre, con un pronóstico de 135 centímetros (53 pulgadas) de marea alta — que normalmente vería alrededor de la mitad de la ciudad bajo varios niveles de agua — cuando sonaron las sirenas de la inundación, no hizo nada. “Tenía fe”, dijo.

El sábado fue la primera “acqua alta” de la temporada para Venecia. También fue el día en que, después de décadas de retrasos, controversia y corrupción, la ciudad finalmente puso a prueba sus tan esperadas barreras contra las inundaciones.

Un juicio previo en julio, supervisado por el Primer Ministro italiano Giuseppe Conte, había ido bien – pero eso fue con buen tiempo, con la marea baja. Las pruebas anteriores no habían logrado levantar todas las 78 compuertas de las barreras que se han instalado en la laguna veneciana.

Contra todo pronóstico, funcionó.

A las 12.05 p.m., con la marea alta, la Plaza de San Marcos — que comienza a inundarse a sólo 90 centímetros, y debería haber estado hasta las rodillas — estaba bastante seca, con sólo grandes charcos brotando alrededor de los desagües.

Los cafés y tiendas de la plaza, que a menudo tienen que cerrar durante horas, permanecieron abiertos.

Y en el distrito norteño de Cannaregio, la casa de Sebastian Fagarazzi se mantuvo seca.

“Había escuchado las sirenas de aviso por la mañana, pero esta vez no levanté ninguno de mis muebles porque la barrera se levantó en la última prueba, y tenía fe en que funcionaría”, dice Fagarazzi, cofundador de la iniciativa social Venezia Autentica. “Esto es histórico”.

El sistema de defensa se llama MOSE, que significa Moisés en italiano, nombre derivado del más funcional Modulo Sperimentale Elettromeccanico, que significa Módulo Experimental Electromagnético. Consiste en 78 barreras contra inundaciones instaladas en el lecho marino en los tres puntos de entrada principales de la laguna.

Cuando llega la marea alta, pueden subir para formar una presa, evitando que el mar Adriático entre en la laguna e inunde la ciudad.