El día de apertura de la audiencia de confirmación, la Juez Amy Coney Barrett mostró los diferentes problemas que su nominación crea para cada partido político.

Para los demócratas, el problema es uno de poder político. Mientras al menos 50 de los 53 senadores republicanos estén a favor de su confirmación a la Corte Suprema – los demócratas no pueden hacer mucho para detenerlos. Actualmente, al menos 51 senadores republicanos parecen estar a favor de confirmarla.

Para los republicanos, el problema es de popularidad política. Casi todos los grandes cambios legales que podrían resultar de la confirmación de Barrett parecen ser impopulares para la mayoría de los americanos. Considere la lista:

El aborto. Barrett ha dicho que está a favor de revocar el derecho al aborto, y podría dar el quinto voto en la corte para hacerlo. Sólo uno de cada tres estadounidenses está a favor una prohibición total del aborto. Esto explica por qué el vicepresidente Mike Pence trató de eludir este tema durante el debate de la semana pasada.

Matrimonio entre el mismo sexo. Más del 60 por ciento de los americanos están a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, según las encuestas. Barrett ha señalado su escepticismo al respecto, lo que significa que podría dar un quinto voto para anular la decisión de 2015.

El clima. Una encuesta reciente de Pew encontró que el 65 por ciento quiere que el gobierno federal haga más para abordar el cambio climático, y el 80 por ciento está a favor de restricciones más duras en las emisiones. La opinión de Barrett sobre estos temas no está clara. Pero podría convertirse en el voto decisivo que revoque una decisión de 5 a 4 del 2007 que daba al gobierno federal el derecho de regular las emisiones de dióxido de carbono.

El cuidado de la salud. En 2012, la Corte Suprema confirmó la Ley de Cuidado de Salud Asequible por un voto de 5 a 4. Si Barrett es confirmada ella se convertiría en el voto decisivo en un caso que podría causar que 21 millones de estadounidenses pierdan su seguro médico y Barrett ha criticado el fallo de 2012. Las encuestas muestran que la mayoría de la gente quiere que la ley siga en pie.

No es de extrañar, entonces, que los senadores republicanos intenten hablar de cualquier otra cosa que no sea el impacto potencial de la confirmación de Barrett – ya sea su impresionante currículum, su fe católica o su atractiva familia.