El presidente Donald Trump está por debajo de Joe Biden por un margen significativo a sólo tres semanas de la campaña del 2020. Una de sus aparentes respuestas para salir de ese agujero es continuar presentando al Dr. Anthony Fauci en un anuncio, que el director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas quiere que sea retirado.

Desde un punto de vista político, la idea de Trump de ir tras Fauci casi no tiene sentido. Si acaso, las acciones de Trump son una manifestación de los rasgos que lo han llevado a un déficit histórico en las encuestas.

En este momento, los índices de Trump con el coronavirus son terribles. Sólo el 40% de los americanos aprueban el trabajo que está haciendo en el manejo del virus. Después de que Trump diera positivo en la prueba del coronavirus, más del 60% creía que actuaba de manera irresponsable en “el manejo del riesgo de infección por coronavirus con las personas que han estado a su alrededor recientemente”. Biden supera a Trump por dos dígitos en quien los votantes confían más para manejar la pandemia en la misma encuesta.

Los bajos índices de Trump debilitan su campaña porque los estadounidenses dicen que el coronavirus es uno de los principales problemas de la nación.

Una de las principales razones por las que a los estadounidenses no les gusta Trump cuando se trata de la pandemia es que no creen que esté escuchando a los expertos. Una encuesta de mayo encontró que el 62% de los americanos dicen que Trump no sigue lo suficiente el consejo de los expertos.

Por eso es francamente confuso desde una perspectiva política que Trump vaya tras Fauci, el experto en salud más reconocido de la nación.