Un nuevo estudio realizado para el Departamento de Defensa añade credibilidad a la creciente creencia de que los pasajeros de las aerolíneas enfrentan un riesgo mínimo de contraer el coronavirus cuando vuelan.
El estudio encontró que el riesgo de dispersión en aerosol – transmisión del virus a través del aire – se redujo en un 99,7% gracias a las altas tasas de intercambio de aire, la recirculación con filtro HEPA y la ventilación descendente que se encuentran en los jets modernos.
Los investigadores observaron el impacto de un pasajero infectado con otros sentados en la misma fila y en aquellos cercanos en las cabinas de los Boeing 767 y 777. Esos dos tipos de aviones son de fuselaje ancho y se utilizan normalmente para vuelos de larga distancia en los que se espera que el virus se propague con mayor facilidad.
Para comprobar el riesgo de exposición de los pasajeros que se sientan cerca de una persona infectada, los investigadores liberaron aerosoles trazadores fluorescentes que representaban las gotitas liberadas al exhalar o toser y observaron el impacto en múltiples “zonas de respiración” de todo el avión. En total, se tomaron más de 11,500 mediciones de asientos de zonas de respiración con liberaciones de 46 asientos diferentes.