Ser padres no es fácil, pero cuando tienes un hijo debes de esforzarte para que se sientan amados y no solamente suplir sus necesidades materiales. También, es muy importante que tu hijo crezca en un ambiente donde se sienta feliz y sin miedos; tu hijo debe de respetarte, no temerte.
Si tu hijo crece en una familia amorosa, se desarrollará sabiendo dar y recibir amor. Cuando ocurre lo contrario, tu hijo crecerá lleno de dudas.
Es dentro de la familia que un niño empieza a tener las primeras relaciones afectivas, y si se sienten amados y valorados, en el futuro no permitirán que los menosprecien o los humillen.
Un niño que no se siente amado tiene las siguientes características:
• Si crece siendo ignorados por sus padres, crecerá creyendo que no vale la pena y que no le importan a nadie, ya que, si en su familia no es tenido en cuenta, mucho menos lo harán en otro lugar.
• Duda mucho cuando debe de tomar una decisión, piensa que todo le saldrá mal, tendrá altibajos emocionales y creerá que los demás lo quieren lastimar.
• Al no sentirse amado, empieza a llamar la atención con actos de rebeldía o con malos comportamientos, como una manera de llamar la atención de sus padres; es común que se involucre en relaciones tóxicas y tenga amigos poco recomendables.
• Carece de amor propio y en su mente se castigan con pensamientos como “eres estúpido”, “no vales la pena”, además que se tomará muy en serio cualquier comentario negativo de sus padres.