Para los padres de familia es importante que sus hijos tengan disciplina para que se desarrollen adecuadamente. Sin embargo, implantar la disciplina con autoritarismo puede hacer que tus hijos pierdan la confianza en ti.

Existe una gran diferencia entre dejar hacer a los niños todo lo que les antoje, o mantenerlos inmóviles para que no molesten con educarlos con amor y paciencia.

Cuando los padres son demasiado autoritarios con sus hijos, pueden lograr que sus hijos se comporten bien y sean obedientes, pero a largo plazo, solo conseguirán que sus hijos les teman.

La autoridad es necesaria, pero es negativa cuando se pasan los límites y se combina con el miedo. Ya cuentas con autoridad porque eres su padre, pero se debe mantener con actos sin que se pierda el amor y la confianza.

Los padres no pueden estar dando siempre órdenes, señalando lo que está bien y lo que está mal y recalcando en los hijos sus fallas. Debes mostrarles respeto sin que eso signifique que ellos pueden hacer lo que quieran. Darles respeto es hacerles entender que te importa y que cuando lo regañas es por su bien. También es importante escuchar las razones que tienen los hijos para hacer determinada cosa, no reprimas sus emociones ni menosprecies sus comentarios.

Para lograr que tus hijos no te teman, debes evitar la violencia, los gritos y las amenazas, jamás debes de compararlos con otras personas y no los humilles porque algo no hicieron bien.

Además, si el niño quiere mostrarte un logro, debes de felicitarlo y no decirle que lo pudo hacer mejor, porque así perderá la confianza en ti y cuando tenga un problema, con toda seguridad no te irá a buscar y preferirá callar.

Para ganarse el respeto de los hijos, debes empezar por respetarlos a ellos y a todos los demás, debes demostrarles amor y corregirlos de manera adecuada y sobre todo educar con el ejemplo.