Los estadounidenses negros desconfían tanto del gobierno que no participan en gran número en los ensayos clínicos de COVID-19, y muchos dicen que no recibirán la vacuna COVID-19, al menos hasta que muchos otros la reciban.

Aunque los dos primeros grandes ensayos clínicos de las vacunas candidatas han logrado incluir a unos 3,000 participantes negros cada uno, no ha sido fácil. Y los ensayos posteriores podrían tener aún más problemas.

Las encuestas muestran que, entre los grupos raciales y étnicos, los estadounidenses de raza negra son los que más dudan en recibir una vacuna una vez que está disponible, y su escepticismo aumenta rápidamente. En una encuesta de septiembre, sólo el 32% de los adultos negros dijeron que se vacunarían, frente al 54% en mayo.

Sin una adecuada participación de los negros e hispanos en los ensayos clínicos, no estará claro si la vacuna será segura y efectiva para ellos. Aunque no hay distinciones genéticas significativas por raza o etnia, las personas de color pueden reaccionar de manera diferente a una vacuna debido a sus diferentes experiencias vividas, dicen los expertos.

Y si las personas no se vacunan, seguirán siendo vulnerables al virus, que ha hecho estragos en las comunidades de color en particular. Los estadounidenses negros tienen 2½ veces más probabilidades de contraer el COVID-19, casi cinco veces más probabilidades de ser hospitalizados con él y el doble de probabilidades de morir a causa de él, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.