Todos los seres humanos necesitamos de la energía vital, ya que la energía es movimiento, y el movimiento es la característica principal de la vida. La energía es esencial para satisfacer nuestras necesidades más básicas y la obtenemos principalmente de la comida, sin embargo, podemos agotarla mentalmente.

Todos los días y con bastante frecuencia, aunque muchas veces de manera inconsciente, tenemos unas actitudes que nos restan la energía y hasta pueden enfermarnos.

Esas actitudes se ven reflejadas en las quejas que hacemos, ya sea por el clima, por el trabajo, por el tráfico, la situación económica y en estos días también nos quejamos de la pandemia y el cambio de vida que trajo para toda la humanidad.

En lugar de quejarnos, es mejor escucharnos y analizarnos para darnos cuenta si nosotros mismos somos los causantes de dañarnos el día. Es recomendable preguntarnos ¿Qué aprendí de esa lección? Cuando podamos evitar inconvenientes con el tráfico pesado, podemos buscar movernos en una hora del día más amigable; y, cuando ocurran sucesos que no están en nuestras manos cambiar, simplemente debemos aprender a adaptarnos.

Ya lo sabes, estar en continua crítica y queja de todo lo que nos ocurre y rodea, nos resta la energía que necesitamos para tener una vida agradable.