Los cubano-americanos en Miami ayudaron al presidente Donald Trump a ganar el estado de la Florida. Los latinos de Arizona contribuyeron a que ese estado se volviera azul por primera vez en dos décadas. Los méxico-americanos en la frontera de Texas con México ayudaron a Trump a mantenerse en el Estado de la Estrella Solitaria.

El resultado de la elección presidencial de 2020 siguió en flujo el miércoles, ya que se contaron los votos finales en varios estados clave. Pero una certeza surgió de la carrera: Los latinos de EE.UU. son un grupo diverso de votantes que no votan como un monolito y tienen un papel cada vez más importante en los resultados de las elecciones.

“Claramente, los votantes latinos demostraron ser críticos para ambos lados”, dijo Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta adjunta de UnidosUS, un grupo no partidista de defensa de los latinos. “Esto realmente levanta algo que hemos estado diciendo a los partidos durante dos décadas: Los candidatos importan, sus posiciones importan, pero el alcance significativo es esencial”.

Muchos cubanos y venezolanos en Miami provienen de un trasfondo de huir de regímenes socialistas opresivos, mientras que los méxico-estadounidenses están más en sintonía con la experiencia de los inmigrantes que huyen de los países pobres en busca de mejoras económicas, dijo.

Los latinos juegan un papel cada vez más importante en las elecciones estadounidenses. Según las cifras de la votación anticipada, se esperaba que más de 14.6 millones de votantes latinos votaran en las elecciones presidenciales, en comparación con los 12.6 millones de hace cuatro años, según las estimaciones del Fondo Educativo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Designados. Impulsando ese aumento hay un incremento del 313% en los votantes jóvenes de 18 a 29 años, según las estimaciones.