A raíz de la llegada del coronavirus, la vida cambió para todos, nos vimos obligados a estar en confinamiento, a estudiar y trabajar desde casa y hasta la forma de saludar a los demás.
El encierro también ha ocasionado que dejemos de obtener vitamina D de forma natural, ya que es el sol la fuente principal.
La tasa de fertilidad en mujeres en sus 20’ es mucho más baja que en la década de los 70. Según la Oficina de Estadísticas Nacionales, se ha observado que la edad promedio de las mujeres que fueron madres por primera vez en 2019 fue de 30.7 años, cifra mucho mayor que la presentada en la década de 1970.
En las generaciones anteriores la edad promedio para casarse era entre los 25 y los 29 años, y en ese rango de edad las mujeres se convertían en madres. Hoy en día, muchas mujeres deciden tener hijos entre los 30 y 34 años y algunas lo aplazan unos años más.
Según el Servicio Británico de Asesoramiento sobre el Embarazo, el aumento de la edad de la maternidad es un reflejo de una mejor paridad de género, especialmente una mayor participación femenina en la educación y en el trabajo.
El hecho de que las mujeres sean más conscientes a la hora de decidir tener hijos, es algo positivo, ya que con el panorama tan poco claro que tenemos por el coronavirus, traer un hijo ahora no es una decisión muy acertada.
Lo inquietante al respecto, es que la fertilidad femenina tiene límites, por ejemplo, se cree que las mujeres menores de 30 años tienen solo un 20 % de posibilidades de embarazarse, y a los 40 años sea posibilidad se reduce al 5 %.
Sin embargo, lo más importante, es tomar la decisión de ser madres con responsabilidad.