Los hospitales están poniendo especial atención en la prevención de las lesiones por presión, conocidas como escaras o úlceras por presión, ya que los casos de coronavirus siguen aumentando en todo el país y las camas de la UCI se llenan con pacientes gravemente enfermos.
Aunque puede que no sea la primera preocupación para muchos pacientes que están confinados a una cama, el Panel Nacional de Asesoría sobre Lesiones por Presión estima que estas afectan a más de 2.5 millones de pacientes cada año y se cobran más de 60,000 vidas.
El Dr. William Padula, presidente electo del NPIAP y profesor de la Universidad del Sur de California, se preocupa de que las lesiones por presión puedan aumentar este año ya que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que podría haber hasta 19,000 nuevas hospitalizaciones de COVID-19 por día para el 7 de diciembre.
Padula dijo que las lesiones por presión pueden ocurrir a las pocas horas de estar en la UCI inmovilizado y con un respirador.
El coronavirus no sólo ha aumentado la afluencia de pacientes que requieren hospitalización, sino que también ha complicado el cuidado y la prevención de lesiones por presión.
Una lesión por presión es un daño localizado en la piel o en los tejidos blandos subyacentes, generalmente sobre un área ósea, como resultado de una presión intensa y/o prolongada. Puede variar desde una abrasión de la piel hasta una úlcera abierta.