Trump es Trump. No hay nada nuevo que decir sobre él. Pero todavía hay mucho que aprender sobre sus habilitadores. Mucha gente, desde funcionarios republicanos hasta presentadores de Fox News, le ayudan a socavar la democracia negando las elecciones y atacando la realidad. Toda esta gente es cómplice.

Gente como María Bartiromo. Anteriormente una aclamada periodista, conocida en todo el mundo por hacer que los directores generales digan la verdad, ahora se pone en la camiseta de Trump para recitar mentira tras mentira. Su llamada del domingo por la mañana con Trump en Fox News fue su primera “entrevista” desde que perdió las elecciones, pero no fue una entrevista real en absoluto. Él no estaba listo para reconocer que había perdido, y ella tampoco. Mostró una debilidad delirante. Ella fue cómplice. Y ella está lejos de ser la única.

Trump perdió las elecciones hace casi cuatro semanas y aún así se niega a admitirlo. A juzgar por sus tweets, está cayendo en una espiral de negación aún más profunda. La entrevista con Bartiromo fue una señal de que está dispuesto a luchar en público. Una inquietante muestra de debilidad que algunos interpretan como fortaleza. Sus preguntas y respuestas de la noche de Acción de Gracias con los periodistas fue otra señal de lo mismo. Después de mantener una llamada con los miembros del ejército, respondió preguntas por primera vez en tres semanas – el “lapso más largo” de su presidencia – principalmente desviando y engañando. Cuando abandonó el recinto, un reportero preguntó “¿Es este el lenguaje de un dictador?” y otro dijo, “Sr. Presidente, algunas personas dicen que usted está negando la realidad”.