Joe Biden y Kamala D. Harris no jurarán como presidente y vicepresidente hasta dentro de 49 días, pero hay algo poderoso que pueden hacer antes de eso para combatir la pandemia covid-19. Tan pronto como la Administración de Drogas y Alimentos apruebe una vacuna contra el coronavirus, Biden y Harris deberán aplicarse sus dosis.
Y deberían hacerlo en vivo en la televisión nacional.
Por mucho que la gente esté desesperada por que la pandemia termine, la confianza del público en las próximas vacunas ha fluctuado significativamente en los últimos meses. En particular, los estadounidenses de raza negra, que desconfían de un sistema médico que a veces ha abusado de ellos y sigue proporcionándoles una atención de menor calidad, son muy escépticos.
Biden y Harris pueden utilizar sus inoculaciones para llevar al público dentro del proceso de desarrollo y entrega de la vacuna y, al hacerlo, fomentar la confianza en un logro científico sin precedentes. Una demostración tan concreta de las vacunas también podría ayudar a los estadounidenses a volver a comprometerse con las medidas de salud pública que serán un puente entre nuestro desastre actual y la nueva normalidad que todos esperamos que llegue pronto.