Mahatma Gandhi sentenció “La grandeza y el progreso moral de una nación puede medirse por la forma en que trata a sus animales” y no estaba equivocado, ya que la forma en la que tratas a los animales, muestra cómo eres por dentro.

Los valores y principios que tengamos salen a la vista cuando convivimos en sociedad, es decir con los compañeros, amigos y vecinos, pero también se notan en la manera como tratamos a un animal.

Cuando se decide tener una mascota hay que ser conscientes que no es algo que se puede tomar a la ligera porque implica una gran responsabilidad, ya que hay que limpiarlo, alimentarlo, educarlo y atenderlo cuando está enfermo; y todo esto se debe hacer con mucho amor y paciencia.

Tratar bien a los animales es un reflejo de lo que hay dentro de tu alma, te hace ver como una persona confiable, noble, comprensiva y que se preocupa por los demás.

Al contrario, cuando no se tiene respeto por los animales, haces que los demás te rechacen porque reflejas que eres una mala persona. Además, tratar mal a un animal puede ser un indicador de algún trastorno de personalidad, de acuerdo con los psicólogos, ya que allí se muestra falta de sensibilidad por el dolor del otro sin sentir remordimiento o intención de reparar el daño causado.

Cuando alguien nota que no tratas bien a los animales, seguramente no confiará en ti y causarás una mala impresión.

No estás obligado a amar a los animales ni a tener una mascota, pero si debes ser respetuoso con todos los seres vivos, para tener una convivencia tranquila.