Nueve meses después del brote inicial, los Estados Unidos, nunca han estado en peor posición en la pandemia.

En todo el país, más de 100,000 personas están hospitalizadas con Covid-19, un récord que es casi el doble del punto más alto de la primavera, cuando la pandemia alcanzó su primer pico. El país también registró casi 200,000 casos ayer, es el segundo total diario más alto desde que comenzó la pandemia, y hoy superó un total de 14 millones de infecciones.

Pero ningún indicador es más consecuente, o desgarrador, que la tasa de mortalidad – y ayer 2,885 personas murieron a causa del Covid-19, más que el récord establecido en abril, cuando la pandemia alcanzó su primer pico.

Lamentablemente, todos los indicios apuntan a que las cosas probablemente empeoren mucho más.

El pico de abril fue el peor momento de la primavera. Las muertes cayeron después de que se impusieran los cierres, los americanos cambiaron su comportamiento y llegaron los meses de verano.

Ahora, sin embargo, no hay ninguna interrupción a la vista. Es probable que los efectos retardados de los viajes y reuniones de Acción de Gracias hagan aumentar los casos, hospitalizaciones y muertes. La fatiga pandémica y el frío del invierno hacen que el atractivo de las reuniones de vacaciones de diciembre sea aún más difícil de resistir.

El Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo el miércoles que pensaba que los próximos meses podrían ser no sólo el momento más difícil de la pandemia de coronavirus, sino quizás el momento más difícil en la historia de la salud pública de la nación.

Pero aún hay tiempo para cambiar las cosas, dijo, si los estadounidenses tomaran medidas para reducir la propagación, como usar máscaras.

“No es un hecho consumado”, dijo. “No estamos indefensos. La verdad es que la mitigación funciona. Pero no va a funcionar si la mitad de nosotros hace lo que tiene que hacer. Probablemente ni siquiera si tres cuartas partes lo hacen”.