Los miembros del Colegio Electoral se reunirán hoy en los estados de todo el país. Y aunque el Presidente Trump ha tratado de interrumpir el proceso, sus posibilidades de éxito siguen siendo muy escasas.

Aún así, las acciones de Trump han hecho que muchos expertos en democracia se preocupen por el Colegio Electoral – específicamente, por cómo podría socavar las elecciones en un futuro próximo. El Colegio Electoral puede haberse convertido en una amenaza mayor para el funcionamiento saludable de la democracia estadounidense que en cualquier otro momento desde el siglo XIX, dicen los expertos.

Hay dos razones principales, y la primera es que es más probable que el Colegio Electoral niegue la victoria al ganador del voto popular que en el pasado. La razón principal es que la polarización política ha llevado a derrumbes en más estados que en el pasado.

El perdedor del voto popular casi gana la presidencia de nuevo este año, por tercera vez en 20 años. Si Trump hubiera recibido sólo 0,7 puntos porcentuales más de votos en todos los estados, aún así habría perdido el voto popular de mala manera. Sin embargo, habría ganado exactamente 269 votos electorales, causando un empate en el Colegio Electoral que el Congreso probablemente habría decidido a su favor.

La segunda cuestión con el Colegio Electoral puede ser aún más preocupante: La Constitución permite a los estados premiar a sus electores casi como quieran y no están obligados a elegir al ganador del voto del estado.

Un presidente en ejercicio intenta anular el resultado de una elección y permanecer en el cargo a pesar de perder el voto. Casi el 90 por ciento de los miembros del partido de ese presidente en el Congreso se niegan a reconocer al verdadero ganador de la elección. Altos funcionarios de 18 estados y más de la mitad de los republicanos de la Cámara de Representantes apoyaron una demanda para tratar de revertir el resultado.

Estos movimientos indican que gran parte de los líderes de uno de los dos partidos políticos del país están dispuestos a dejar de lado las tradiciones democráticas del país para apoyar una toma forzosa de poder.

Algunos observadores creen que la situación se calmará una vez que Trump deje la presidencia. Otros no están tan seguros.