La presidencia de Donald Trump está entrando en la historia de una manera que personifica su exceso de corrupción, con perdones para sus compinches y crímenes de guerra, asaltos a la democracia, nueva negación de Covid-19 e impunidad para Rusia.

Y en un bombardeo de marca registrada que sorprendió a los asistentes, el martes Trump también emitió una repentina demanda pre-navideña de cambios en un proyecto de ley de alivio de la pandemia de 900,000 millones de dólares que corría el riesgo de hacer añicos un frágil compromiso bipartidista del que no había hecho ningún esfuerzo por conformar. Su medida podría enviar a los mercados mundiales a la caída libre y prolongar las privaciones de millones de estadounidenses que pasan hambre o han perdido sus empleos.

Las payasadas del Presidente saliente en las últimas horas han pesado aún más en la aún por empezar presidencia de su sucesor, Joe Biden, que ya se enfrentaba al debut más difícil de cualquier líder estadounidense desde Franklin Roosevelt en 1933.

“Creo que es una pesadilla por la que todo el mundo está pasando, y que tiene que terminar”, dijo Biden cuando se le preguntó si esperaba “una luna de miel” de buena voluntad política temprana para ayudar a sacar a la nación de la pandemia y sus consecuencias.