Es fácil pensar que un artista lo tiene todo, pensamos que todos viven en la opulencia y que tienen dinero para ¡aventar pa´riba! y quizás sí, para muchos es la realidad que viven, pero las cosas pueden cambiar de un momento a otro, esto es precisamente lo que le sucedió a uno de los más grandes intérpretes de música sinaloense, el maestro Julio Preciado.
En sus tiempos ganó mucho dinero, se caracterizó por siempre ser muy espléndido, recordemos que siempre daba regalos a los necesitados, posee una preciosa y costosa casa en Mazatlán en un lujoso fraccionamiento, pero nada es para siempre.
Ante los problemas de salud que Julio tuvo este 2020 donde se encendieron las alarmas pues tuvo que volver al hospital, y aunque se afirmó que supuestamente no tuvo Covid-19 sus síntomas eran parecidos, tuvo que usar respirador, contratar servicio de enfermería privado durante días, también que tuvo que batallar contra el dengue. En resumen, entre la cuarentena, el cierre de plazas para trabajar y los gastos después de su trasplante y demás recaídas, su economía se vio seriamente afectada, incluso trascendió que iba a vender su casa pues ya no tenía manera de solventar sus gastos.
Pero en esta vida siempre, tener buenos amigos es una bendición en todos sentidos, y hoy más que nunca Julio lo sabe. Un hombre que ha sido muy querido por muchos de sus colegas, recordemos que Pancho Barraza fue a recogerlo al hospital, o el Mimoso quien siempre ha estado pendiente de él y de su salud, pero sin duda son sus ex compañeros de la Banda el Recodo quienes encabezan la lista en materia de “echarle la mano”: “Si alguien me ha apoyado en estos últimos meses ha sido la familia Lizárraga, la gran familia de Banda El Recodo, en especial Poncho y Joel. No nada más en lo moral, sino en lo económico me han ayudado”.
Él considera que este gesto es parte de una retribución por tantos años de brindar su talento a la banda, pero algunos difieren pues finalmente podrían no tener este gesto, ellos tampoco han trabajado durante casi un año y han enfrentado el contagio de casi todos sus integrantes incluidos los hermanos Lizárraga: ““Ahí es cuando te das cuenta de los verdaderos amigos… este detalle que han tenido conmigo es como un pequeño pago a todo lo que contribuí a Banda El Recodo, y que yo no les estaba cobrando absolutamente nada…”
Por el momento se desconoce si aún venderá su casa y adoptará un modo de vida más discreto, pero al parecer, pasará las fiestas tranquilo en todos sentidos.