Covid-19 hizo del Zoom, WiFi, la escuela virtual, Instacart, el streaming y la telemedicina partes de la vida cotidiana. ¿Qué seguiremos usando cuando todo esto termine?

Covid-19 ha puesto a prueba nuestra atención médica, nuestra economía y nuestra fe. ¿Quién hubiera pensado que también requeriría un curso intensivo de tecnología personal?

Cuando el coronavirus empezó a destrozar nuestras vidas en marzo, las entregas de comestibles, las películas en streaming y las videollamadas eran “tecnología ermitaña”.

Diez meses después del inicio de la pandemia, cientos de millones de estadounidenses confían en esta tecnología para trabajar desde casa, asistir a la escuela virtual, ver al médico, ir al cine y conseguir papel higiénico. No hace mucho tiempo, la mayoría de esos eran sueños imposibles de cumplir.

La pandemia puso a prueba las ideas más audaces del Valle del Silicio para una vida operativa, rápidamente y a escala. 

El coronavirus marca un punto de inflexión tanto para los nerds como para los no nerds. En abril, más de la mitad de los adultos estadounidenses sentían que Internet era “esencial” para la vida, según Pew. 

La aplicación de video chat Zoom se convirtió en un sustantivo, un verbo y un adjetivo. “He estado en un funeral de Zoom, en un bar mitzvah de Zoom y en reuniones familiares de Zoom”, dice Gina Bianchini, la fundadora de la compañía de software Mighty Networks. “Treinta días es lo que necesitas para crear un hábito. Hemos estado haciendo esto durante meses”.

Pero el futuro no se decidirá sólo por lo que es conveniente. Las nuevas experiencias en línea como las compras de comestibles y la transmisión de películas de estreno aún no son negocios sostenibles. A pesar de algunos esfuerzos innovadores de la industria, nuestros teléfonos y rastreadores de salud aún tienen que desempeñar un papel más importante en la lucha contra el coronavirus en sí.