Nuevas y sorprendentes pruebas de que un desesperado presidente Donald Trump, grabado en una cinta tratando de robar las elecciones, expone la profundidad de su corrupción y hace cómplices a sus aliados republicanos del Capitolio en su intento de frustrar la voluntad de los votantes.
En un nuevo abuso de poder, Trump trató de intimidar a un alto funcionario del Partido Republicano de Georgia para que encontrara votos para anular la victoria del presidente electo Joe Biden. La asombrosa llamada telefónica, constituyó la amenaza más grave que sus instintos autoritarios han planteado hasta ahora a la democracia estadounidense.
Un intento del Partido Republicano, por ejemplo, de bloquear la certificación del Congreso de la victoria de Biden basada en mentiras y falsas teorías de conspiración sobre el fraude del miércoles no tiene ninguna posibilidad de éxito, pero convencerá aún más a los millones de votantes de Trump de que la elección fue amañada. Decenas de legisladores republicanos planean elegir al presidente derrotado y a sus votantes por encima de los preciados principios de las elecciones libres en una fractura que tendrá consecuencias duraderas para los republicanos y la nación.