Los centros médicos de los Estados Unidos se resisten a ofrecer el único tratamiento para covid-19 que tiene como objetivo mantener a las personas fuera del hospital, dejando cientos de miles de dosis de la medicación sin usar.

Los anticuerpos monoclonales -descritos como “increíbles” por el presidente Trump, quien recibió el tratamiento este otoño- están diseñados para pacientes recién diagnosticados con covid-19 y que tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones y enfermarse gravemente.

Pero para los hospitales que ya se encuentran bajo presión por el aumento de casos de covid-19, el tratamiento farmacéutico ambulatorio representa un gran desafío logístico, ya que su personal se encuentra agotado de atender pacientes y se apresura a inocular a los trabajadores de primera línea con las primeras vacunas contra el coronavirus.

El gobierno federal había asignado 550,000 dosis a los departamentos de salud estatales y territoriales, los cuales habían distribuido 378,000 dosis a las instalaciones de atención médica, pero sólo se había utilizado el 20 por ciento del suministro según el departamento de salud y servicios humanos.