En un momento decisivo en la historia de los medios sociales, Twitter suspendió permanentemente la cuenta del Sr. Trump “debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia”, y Facebook prohibió al presidente al menos hasta el final de su mandato.

Jack Dorsey de Twitter y Mark Zuckerberg de Facebook habían estado bajo presión durante años para hacer responsable al Sr. Trump. Hacer su movimiento ahora “proporciona una lección aclaratoria de dónde reside el poder en nuestra sociedad digital”, escribe Kevin Roose.

Muchos de los seguidores del Sr. Trump se burlaron de su destierro como un ejemplo de los controles tiránicos de Silicon Valley, pero la Primera Enmienda tampoco está de su lado.