El Ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, concluye su gira por África este fin de semana sin hacer un solo compromiso concreto de vacunas para un continente que espera que un benévolo Pekín ayude a inocular a su población contra la pandemia mundial de coronavirus.

El año pasado, mientras el Covid-19 recorría el mundo entero y los países ricos empezaban a pre-ordenar reservas de vacunas para sus ciudadanos, el presidente chino Xi Jinping prometió que las vacunas africanas eran una “prioridad” para Pekín. Su compromiso se produjo después de las donaciones masivas de máscaras, kits de pruebas y equipos médicos al continente por parte de Beijing.

Ahora, con un sentimiento negativo hacia China en las democracias occidentales debido a las guerras comerciales y a las cuestiones de derechos humanos, los aliados africanos – que tienen derechos de voto cruciales en los principales organismos internacionales – se han convertido en un bloque aún más vital para que China se mantenga al lado de su llamada diplomacia de la vacuna.

China tiene los recursos para cumplir la promesa de Xi. Su vacuna Sinopharm ha sido aprobada para uso doméstico, y otros cuatro candidatos chinos están en la fase 3 de ensayos clínicos, el último paso de las pruebas antes de que se solicite la aprobación regulatoria. A diferencia de otras vacunas, no requiere almacenamiento a temperatura ultra baja, lo que facilita su envío a los países en desarrollo.

Y mientras que se ha establecido un puente aéreo para la vacuna de la cadena de frío desde Shenzhen, en el sur de China, hasta Addis Abeba, en Etiopía, y se están creando capacidades de fabricación para hacer vacunas chinas en El Cairo, el viaje de Wang no dejó más claro cuándo los africanos pueden esperar recibir una vacuna china – o en qué condiciones.

“Las promesas relativas a las vacunas en África han sido realmente vagas. No ha habido un calendario, sólo promesas”, dijo W. Gyude Moore, un alto funcionario del Centro para el Desarrollo Global y ex ministro de Obras Públicas de Liberia. “Hoy en día, no tengo conocimiento de ningún país africano que esté recibiendo las vacunas chinas”.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China no respondió a las solicitudes de comentar los planes de Beijing de desplegar vacunas en África, pero los medios de comunicación estatales han rechazado las afirmaciones de que las vacunas se utilizarán como “moneda de cambio para expandir la influencia política”.