Donald Trump comienza una de las semanas más peligrosas de su presidencia, cuando el impulso para una segunda impugnación se disparó durante el fin de semana y un número creciente de republicanos rompió filas para pedir abiertamente su destitución.

Los demócratas de la Cámara de Representantes dijeron que estaban preparados para votar sobre la impugnación tan pronto como el martes por el papel de Trump en la incitación de una turba que asaltó el Capitolio de los EE.UU. la semana pasada. En una muestra de la evaporación del apoyo del presidente dentro de su propio partido, el senador Pat Toomey, republicano, sugirió que Trump debería dimitir y podría enfrentarse a “responsabilidad penal” por sus acciones.

A Trump sólo le quedan unos días para terminar su mandato – un punto que los partidarios señalaron – pero el debate sobre cómo debe responder el Congreso se centra en gran medida en su legado y en su capacidad para controlar el GOP una vez que el presidente electo Joe Biden tome posesión del cargo el 20 de enero.