Cuando tu hijo está enojado, y no se calma fácilmente, es probable que lo grites o le impongas castigos severos para que reaccione. Sin embargo, existen otras técnicas para hacer que te obedezca sin tener que regañarlo, como son:
• Si quieres que tu hijo obedezca, debes delegar responsabilidades que estén de acuerdo con su edad; busca que estas le agraden o interesen, así podrás exigirle más.
• Tienes que esmerarte por transmitir un mensaje claro, sin rodeos y de forma sencilla porque de lo contrario tu hijo se distrae y no presta atención.
• Se deben elegir palabras que comprenda de acuerdo con su edad, usando el tono adecuado, sin gritar. Lo ideal es hacerlo a su altura y mirándolo a los ojos.
• No amenaces a tu hijo cuando no hace caso. Es mejor cambiar las palabras y eliminar la palabra castigo, y en su lugar usar la palabra consecuencia.
• Los niños se motivan cuando se les reconocen sus buenas acciones. Permite que tu hijo sea recompensado y elogiado con amor y palabras de cariño.
• Tu hijo solamente debe recibir órdenes de sus padres o tutores, y de nadie más. Así sabrá que hay una autoridad que debe respetar.
• Tú eres el mejor ejemplo a seguir, por lo tanto, es muy importante que aprendas a controlar tus emociones y evites gritar y desesperarte ante cualquier situación sin importancia. Cuando tu hijo te ve así, no querrá acercarse y crecerá temeroso y con baja autoestima.