En su primer gran discurso de política exterior como presidente, Joe Biden dio el jueves pasos significativos para retirar el apoyo a la guerra en Yemen, impulsar los derechos LGBT y eliminar los límites draconianos de Donald Trump a los refugiados.

Pero en los temas más peliagudos -Rusia, China, cómo cumplirá Biden su promesa de salvar la democracia global y qué hará con los programas nucleares de Corea del Norte e Irán- no hay mucho que hacer.

La nueva administración sólo lleva dos semanas en el cargo. Pero la Casa Blanca ha considerado el discurso de Biden en el Departamento de Estado como algo importante, y rara vez se cansa de recordar a todo el mundo que tiene más habilidades en política exterior que cualquier otro presidente en décadas. Por el momento, parece que hablar con dureza de no “ceder” ante Putin y enviar un destructor a través del estrecho de Taiwán tendrá que servir como declaración de intenciones.