El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, está en el centro de una controversia sobre las muertes en residencias de ancianos, cómo se contabilizaron y cómo se gestionaron las solicitudes de esos datos.

Cuomo fue alabado al principio del brote por sus directas conferencias de prensa y sus apasionadas peticiones de más equipamiento médico al gobierno federal. En octubre publicó un libro titulado “American Crisis: Lecciones de liderazgo de la pandemia de Covid-19”.

Ahora, sin embargo, se enfrenta a las peticiones bipartidistas de una investigación y a las limitaciones de sus poderes ejecutivos después de que un alto asesor dijera que la administración retrasó la publicación de los datos sobre las muertes por Covid-19 de los residentes de los centros de atención a largo plazo debido a la preocupación por una posible investigación federal por parte de la administración Trump, en un momento en el que el ex presidente Donald Trump estaba amenazando personalmente a Cuomo.

En el centro del asunto está la cuestión de si Nueva York podría haber evitado mejor las casi 46,000 muertes del estado, el segundo total más alto de cualquier estado de Estados Unidos hasta el momento, y si la decisión de dar de alta a los residentes en recuperación de los hospitales de vuelta a los hogares de ancianos aumentó las infecciones entre los residentes ancianos vulnerables.