Es una terapia realizada por los olfatólogos, para tratar los desórdenes olfativos, no provoca efectos secundarios y no se necesita prescripción médica, es económico y se puede realizar hasta en la casa.
En su formato tradicional, el entrenamiento olfativo consta de 4 olores: rosa, clavo, limón y eucalipto, pero existen muchos elementos domésticos que proporcionan muchos olores, así que los pacientes pueden elegir los que más le gusten, por ejemplo, la menta, el coco, el café molido, entre otros.
El entrenamiento olfativo trabaja en la regeneración de las neuronas especializadas, lo que ayuda a recuperar el olfato.
Algunos estudios indican que los 4 olores que se utilizan en los entrenamientos, deberían cambiarse cada 3 meses.
Otras investigaciones más específicas han mostrado que los entrenamientos tendrían resultados mejores cuanto más se prolonguen.
Todo el que sufra síntomas prolongados de falta de olfato, necesitaría una segunda opinión, sin embargo, el entrenamiento olfativo es un primer paso fácil y sencillo para iniciar la recuperación del olfato.