Merrick Garland ha enfatizado repetidamente que, si es confirmado como fiscal general, se asegurará de que el departamento de justicia no se vea afectado por la interferencia política de la Casa Blanca.

“No soy el abogado del presidente”, dijo Garland al comité judicial del Senado en su audiencia de confirmación.

“Soy el abogado de los Estados Unidos, y haré todo lo que esté en mi mano, que creo que es considerable, para rechazar cualquier esfuerzo por parte de cualquiera para hacer que los procesos o las investigaciones sean partidistas o políticos de cualquier manera”.

El anterior fiscal general, William Barr, fue acusado en repetidas ocasiones de permitir que la agenda política de Donald Trump afectara a los casos e investigaciones llevados a cabo por el departamento de justicia.

El mandato de Barr tuvo un impacto severamente negativo en la moral del departamento de justicia, que Garland tendrá la tarea de mejorar si es confirmado como fiscal general.