La trifulca de la pandemia, el aislamiento social requerido y el malestar social ha llevado a muchos de nosotros a un comportamiento más extremo y a preocupaciones, incluyendo la paranoia, dicen los expertos.
“La pandemia ha provocado una gran incertidumbre y estrés”, afirma el Dr. Bandy X. Lee, psiquiatra forense con sede en Nueva York y actual presidente de la Coalición Mundial de Salud Mental.
A ello contribuyen un entorno económico incierto y la desinformación activa tanto en torno a la pandemia como a otras cuestiones perpetuadas por instituciones históricamente fiables, como el gobierno estadounidense y la oficina del Presidente.
“El cierre excepcionalmente prolongado a causa de una gestión ineficaz y los subsiguientes trastornos sociales y la miseria económica -en muchos sentidos peor que la Gran Depresión, con tremendas desigualdades, hambre, falta de vivienda, desempleo y desesperación- ya están provocando una adicción a las drogas desenfrenada, depresión, suicidios y homicidios”, dijo Lee.
“Mientras tanto, ahora tenemos un gran segmento de la población que ha sido alentado y condicionado a evitar la realidad. Cuando se vive en el engaño, alejado de la realidad, uno se vuelve naturalmente paranoico porque los hechos y las pruebas “atacan” constantemente estas falsas y apreciadas creencias”, añadió.
La Guía de Psiquiatría del John Hopkins define la paranoia como “una respuesta a las amenazas percibidas que está fuertemente influenciada por la ansiedad y el miedo, y que existe a lo largo de un continuo que va desde la experiencia normal basada en la realidad hasta las creencias delirantes”.