Dos equipos distintos de investigadores han afirmado esta semana que han encontrado una nueva y preocupante variante del coronavirus en la ciudad de Nueva York y en otros lugares del noreste que porta mutaciones que le ayudan a evadir la respuesta inmunitaria natural del organismo, así como los efectos de los tratamientos con anticuerpos monoclonales.
Los investigadores han denominado a la variante B.1.526. Aparece en personas afectadas en diversos barrios de la ciudad de Nueva York, dijeron, y está “dispersa en el noreste”.
Una de las mutaciones de esta variante es el mismo cambio concerniente a la variante observada por primera vez en Sudáfrica y conocida como B.1.351. Parece que también evade, en cierto modo, la respuesta del organismo a las vacunas. Y cada vez es más común.
“Observamos un aumento constante de la tasa de detección desde finales de diciembre hasta mediados de febrero, con un incremento alarmante hasta el 12,7% en las últimas dos semanas”, escribió un equipo del Centro Médico de la Universidad de Columbia.
Se trata de una variante “autóctona, probablemente en Nueva York”, explica por correo electrónico el Dr. David Ho, director del Centro de Investigación del Sida Aaron Diamond de Columbia, que dirigió el equipo del estudio.
La mutación de esta variante que más preocupa a los investigadores se denomina E484K y confiere al virus la capacidad de burlar parte de la respuesta inmunitaria del organismo, así como los tratamientos de anticuerpos monoclonales autorizados.