El despliegue de las vacunas en Sudamérica ha abierto las puertas a una oleada de escándalos de corrupción que están sacando a la luz cómo los poderosos y los bien conectados se han saltado la cola para conseguir las dosis.

Dos ministros del gobierno en Perú y uno en Argentina han dimitido por recibir o dar acceso preferente a las vacunas. Un ministro de Ecuador está siendo investigado por hacer lo mismo. Los fiscales de toda la región están examinando otras miles de acusaciones de irregularidades en las campañas de vacunación, la mayoría de las cuales implican a políticos locales y a sus familias que hacen cola.

La región, al igual que otras zonas en desarrollo, ha tenido dificultades para adquirir un gran número de vacunas, y la escasez ha amplificado la ira de la población ante los escándalos. América del Sur también ha sido devastada por el virus, ya que representa casi una quinta parte de todas las muertes por la pandemia en el mundo, a pesar de representar alrededor del 5% de la población mundial.

“Todos ellos sabían que los pacientes han estado muriendo”, dijo Robert Campos, de 67 años, un médico en la capital de Perú, Lima, de los políticos del país. “Y primero vacunaron a todos sus amiguitos”.