La estrategia de vacunación de Boris Johnson recibe frutos

La estrategia de vacunación de Boris Johnson recibe frutos

Boris Johnson no ha tenido un buen comienzo de la pandemia. El Reino Unido sigue teniendo una de las peores tasas de mortalidad por coronavirus del mundo, y se encuentra cerca de la cima de la tabla en cuanto a infecciones y muertes totales: es la verdadera capital de Covid de Europa.

Los críticos han achacado esta situación a varios errores cometidos al principio, desde el bloqueo demasiado tarde y el desorden de las pruebas hasta la mala comunicación del gobierno.

Sin embargo, últimamente la suerte de Johnson parece haber cambiado. El lunes, el Primer Ministro pudo revelar una hoja de ruta que sacaría a Inglaterra del bloqueo antes de finales de junio.

Johnson no habría podido dar esta buena noticia si el despliegue de vacunas del Reino Unido no hubiera ido tan notablemente bien hasta la fecha. En la actualidad, el Reino Unido ha administrado más de 18.5 millones de dosis, es decir, 27 por cada 100 personas. Si comparamos esta cifra con la de otros gigantes europeos como Francia y Alemania, que sólo han administrado seis por cada 100 personas, surge un relato muy favorable para Johnson.

El Reino Unido, que ya no es miembro de la Unión Europea, optó por no trabajar con sus socios europeos en la adquisición o aprobación de vacunas. Como resultado, pudo negociar los contratos y aprobar las vacunas para su uso con mayor rapidez.

“Si querían una sola demostración de por qué el Brexit era importante, ya la tienen. Si siguiéramos en la UE ahora estarían muertas algunas personas que no lo están. No es nada para cacarear, simplemente es cierto”, dijo David Davis, veterano legislador y ex secretario del Brexit.

Hay otras razones por las que el Reino Unido salió adelante, entre ellas el enorme gasto de Johnson en la adquisición de vacunas. De los 357 millones de vacunas que ha comprado el Reino Unido, el mayor contrato, con diferencia, es con la farmacéutica británico-sueca AstraZeneca, cuya vacuna fue desarrollada en colaboración con Oxford, la universidad más antigua de Gran Bretaña y el alma mater de Johnson. La apuesta por Oxford y AstraZeneca dio un resultado espectacular, y el Reino Unido fue el primer país en autorizar la vacuna para su uso en todos los adultos.

Tan orgullosos estaban los británicos de su vacuna autóctona que Paul Williams, médico de cabecera y antiguo legislador de la oposición, tuiteó que los pacientes habían rechazado las vacunas de Pfizer, diciendo que “esperarían a la inglesa”. Johnson y su gobierno, aunque orgullosos de la vacuna de AstraZeneca, han animado públicamente a los británicos a aceptar cualquier vacuna que les ofrezca su médico.

SOPORTE
CONTACTANOS

© 2025 All Rights Reserved.