España, Alemania, Francia e Italia se han convertido en los últimos países europeos en detener temporalmente el despliegue de la vacuna Covid-19 de Oxford-AstraZeneca por un pequeño número de problemas de coágulos sanguíneos, en contra del consejo de las agencias médicas internacionales mientras una tercera ola de infecciones se cierne sobre el continente.
España dejará de utilizar la vacuna durante dos semanas, según anunció la ministra de Sanidad del país, Carolina Darias, en una rueda de prensa.
Se trata de una suspensión “temporal y cautelar”, dijo, “hasta que la Agencia Europea del Medicamento pueda evaluar los riesgos”.
Tras defender inicialmente la seguridad de la vacuna, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, dijo que el país suspendería las inoculaciones por precaución, tras los informes de un puñado de casos de coágulos de sangre en personas vacunadas con la inyección de AstraZeneca en Dinamarca y Noruega.
Francia e Italia también suspendieron el lunes la distribución de la vacuna, a la espera de que el organismo regulador de los medicamentos de la UE, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la revise.