En su última medida para promover sus vacunas contra el coronavirus, China ha dicho que los extranjeros inoculados con inyecciones fabricadas en China disfrutarán de ciertas “comodidades” al solicitar la entrada en el país.
En anuncios realizados en más de media docena de países, China dijo que simplificaría el proceso de solicitud para aquellos con certificados que demuestren que se les ha administrado una vacuna china.
Las embajadas o consulados chinos en Filipinas, Japón, Tailandia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Israel e India emitieron avisos de la nueva política para “reanudar los intercambios entre personas de China y otros países”.
China ha aprobado cuatro vacunas para uso de emergencia, exportándolas principalmente a países en desarrollo. Su última vacuna, aprobada la semana pasada, fue desarrollada por la empresa biofarmacéutica Anhui Zhifei Longcom y la Academia China de Ciencias. Los ensayos de la fase final se están llevando a cabo en Pakistán, Uzbekistán e Indonesia, según un comunicado de la Academia China de Ciencias.
Durante la mayor parte del último año, China ha mantenido estrictos requisitos de entrada en la frontera, prohibiendo la entrada a la mayoría de los extranjeros, incluidos periodistas, estudiantes y empresarios. A los que se les permite la entrada se les exige una cuarentena de al menos dos semanas y a menudo necesitan una aprobación especial.