Son varios los factores que están impulsando el repunte, según Apoorva Mandavilli, periodista científica del Times. Una variante más contagiosa (la identificada por primera vez en Gran Bretaña, llamada B.1.1.7) se está extendiendo. Algunos alcaldes y gobernadores han seguido levantando las restricciones y enmascarando las normas. Muchos estadounidenses se comportan con menos precaución. Y las vacunas no han conseguido que el país se acerque a la inmunidad de rebaño.

Muchos expertos no se sorprenden. “Durante literalmente un mes y medio, todos hemos estado prediciendo que la segunda quincena de marzo es cuando la B.1.1.7 se convertiría en la variante dominante en Estados Unidos”, dice el Dr. Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de Brown. “Y efectivamente, aquí estamos”.

El aumento no se distribuye por igual. “Nueva York y Nueva Jersey han estado mal y no están mejorando, y los casos de Michigan están aumentando a un ritmo explosivo”, dijo Mitch Smith, un periodista del Times que cubre la pandemia.

Las hospitalizaciones también están aumentando rápidamente en Michigan, con Jackson, Detroit y Flint entre las áreas metropolitanas que experimentan las mayores tasas de nuevos casos en el país.

El panorama es más alentador en gran parte del oeste y el sur, aunque los casos han empezado a aumentar en Florida, donde las autoridades de Miami Beach han establecido un toque de queda este mes para evitar que se reúnan multitudes de turistas en las vacaciones de primavera.