Donald Trump dijo en una ocasión que calculaba su patrimonio neto, hasta cierto punto, en base a sus “sentimientos”, y que le daba el “mejor giro” a algunos de los activos.

“Creo que todo el mundo” exagera sobre el valor de sus propiedades. “¿Quién no lo haría?”

¿Infló los valores? “No más allá de lo razonable”, dijo Trump, insistiendo en que dio su “opinión” a un asociado clave y “en última instancia” dejó que esa persona tomara la decisión, según un intercambio en una declaración de 2007.

El intercambio adquiere un nuevo significado esta primavera, ya que los fiscales de Manhattan investigan si el “mejor giro” de Trump era una práctica común en los círculos inmobiliarios locales, o si cruzó la línea de la actividad ilegal.

La respuesta podría determinar si Trump acaba enfrentándose a cargos penales.

El registro público ya arroja mucha luz sobre cómo Trump ha dirigido la Organización Trump. Un examen de las declaraciones juradas, las entrevistas con antiguos empleados y los relatos publicados muestra que Trump ha tratado repetidamente de hacer recaer la responsabilidad de sus decisiones de valoración en su director financiero.

Al mismo tiempo, los documentos y las declaraciones parecen mostrar que, incluso cuando Trump afirmaba que dejaba esas decisiones de valoración en manos de otra persona, también estaba profundamente involucrado en la gestión de su negocio.