Ser tacaño no depende de los ingresos que tenga la persona. La tacañería se trata de un rasgo de la personalidad que se produce desde la infancia, ya sea por la educación que recibió de sus padres quienes retenían el dinero y el afecto, o también puede ser una respuesta a la carencia de afecto en la niñez.

¿La tacañería se puede curar?

Hay que tener en cuenta que la personalidad de una persona tacaña es bastante compleja, ya que sus patrones de egresos están definidos por la percepción de que todo gasto es excesivo.

La tacañería hace parte de la personalidad de un individuo, lo que hace muy difícil cambiar ese rasgo, que puede llegar a ser muy perjudicial en las relaciones de pareja.

Tratar de cambiar a un tacaño es bastante complejo ya que, por lo general, ellos tienen una imagen muy positiva de sí mismos y consideran que lo que han “ahorrado” en la vida corresponde a un organizado y responsable esquema de retención. Una persona tacaña considera que tiene la razón en la manera de administrar sus recursos y que los demás son despilfarradores.

Algunos afirman que para curar o aminorar la tacañería se debería hacer evidente de lo que se está perdiendo por seguir anteponiendo la reserva de dinero a los otros aspectos de la vida.

Sin embargo, la mayoría considera que cambiar a un tacaño es una tarea imposible y los casos de tacaños que buscan ayuda profesional son nulos.

La tacañería se acentúa con la edad, por lo que sugiere a quienes buscan pareja que se alejen de los tacaños, porque el amor no corrige este rasgo de la personalidad.