Las probabilidades de las personas determinarían su número exacto en la cola para la vacuna.

El algoritmo tendría en cuenta su edad, su raza, su historial médico completo y cada una de sus solicitudes de seguro médico. Combinaría esa información con datos sobre inventarios de vacunas y lugares de atención sanitaria. El usuario recibiría un correo electrónico, un mensaje de texto o una llamada telefónica la semana anterior a su cita para vacunarse, indicándole dónde y cuándo debe presentarse. Si rechaza la vacuna, el siguiente en la fila ocupará su lugar.

La pandemia ha hecho que este enfoque esté más cerca de la realidad de lo que muchos podrían suponer. Los grupos hospitalarios de California, Boston, San Luis y el Alto Medio Oeste utilizaron los historiales médicos para puntuar el riesgo de muerte de los miembros a la hora de elegir quién tenía prioridad para las inyecciones, la información sobre las vacunas, el tratamiento o el apoyo adicional.

Es difícil saber si los estadounidenses aceptarían un algoritmo de vacunas que se basara en algunos de sus datos más personales. O si la gente aceptaría que una fórmula determinara quién tiene más riesgo de morir, sin tener en cuenta otros valores, como evitar que los profesores falten al trabajo por enfermedad.

Pero si se pudieran superar estas objeciones, algunos expertos dicen que es posible que Estados Unidos pueda salvar decenas de miles de vidas durante la próxima pandemia con un sistema generalizado de micro-focalización de vacunas.